Bueno, antes de todo deciros que esta es una entrada que me
cuesta bastante publicar y hablar de ella, pero tenía que soltarlo. Seguro que diréis,
de estado clímax a miedo hay un gran paso, en mi cerebro de adolescente medio
bipolar y hormonada, no tanto. La verdad que solo han hecho falta unos cuantos
minutos y algunas sabias palabras para darme cuenta de una de las cosas que me
reconcome por dentro. Bueno empiezo que me enrollo y no cuento nada, tengo un “problema”
con mi novio ( lo pongo entre comillas porque no es culpa de ninguno de los dos
=S ) lo explico, por problemas personales, que no me siento autorizada a
desvelar, Extin ( por no decir su nombre tampoco, aunque es de tontos) no puede
conectarse, para los que no lo sabíais lo conocí por internet y a no ser que el
me llame desde una cabina, sin internet no puedo hablar con él. Llevo mucho
tiempo sin hablar con él, y eso no es que me alegre, bueno una de mis mejores
amigas, llamémosla Isabelle para no desvelar tampoco su nombre ;) me ha dicho
que vaya a verlo, y ahí ha sido cuando me he dado cuenta de que me da miedo ir
a verle.
Me da miedo la reacción que pueda tener al verme, de que se
arrepienta de haber empezado a salir conmigo, de que no le guste físicamente,
por mucho que me ha jurado y perjurado todo eso y más, mi cerebro no se lo
cree, lo único que se me ocurre es verlo, pero ¿Cómo? Tengo que hacer un montón
de planes para ir allí, pero dependo de mis padres, y mi madre me echa la
bronca un día si y el otro también. Yo ya no se qué hacer, él no puede venir
por esos motivos personales y yo estoy intentando apañármelas como puedo, tengo
la sensación de que si hubiera sido al revés el hubiera dado la vida por venir
a verme, siento que estoy haciendo poco, bueno amigas y amigos creo que hemos
vuelto al principio del blog, confusión.
Espero que si duramos hasta que uno de los dos posea un vehículo
podamos vernos más, porque ahora mismo, no me imagino mi vida sin él.